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miércoles, 6 de agosto de 2008

¿Vas o no vas?


Aquí os traigo una ración de críticas de las películas que lo van a petar este mes de Agosto.

X-Files: Creer es la clave. (+18)
Director: Chris Carter
Intérpretes: David Duchovny, Gillian Anderson, Amanda Peet, Billy Connolly
Título en VO: The X Files: I want to believe
País: USA. Año: 2008. Género: Ciencia ficción. Guión: Chris Carter, Frank Spotnitz.
Fecha de estreno: 24-07-2008

Sinopsis: Un enigmático caso de abducciones extraterrestres en las nevadas colinas de Virginia lleva a Fox Mulder (David Duchovny) y Dana Scully (Gillian Anderson) a revivir sus años como agentes del FBI, cuando se especializaron en la investigación de sucesos paranormales. Ahora tratan de resolver un caso que esconde algunas verdades incómodas.

Crítica: Lamentablemente, y tal y como ocurriera con el primer largometraje de Expediente X, estrenado diez años atrás, X-Files: creer es la clave se encuentra a años luz de la serie original.
Debo admitir que nunca he sido un ferviente seguidor de la serie, más por inconstancia que por desidia, pero cualquiera que haya disfrutado mínimamente de alguno de sus capítulos podrá entrever con meridiana claridad la diferencia entre ambos productos. Como si de un episodio especial se tratara, la película no aporta absolutamente nada al seguidor de la serie, ofreciendo una de las historias más insulsas y desaboridas que un servidor puede llegar a recordar.Por otro lado, X-Files: creer es la clave tampoco se complica en demasía la existencia a la hora de indagar tanto en la ya consabida personalidad de sus dos personajes protagonistas como en su relación personal, sirviéndose de ese espacio de diez años -transcurrido también en la película- para evadirse de unos acontecimientos largamente esperados por los seguidores de la saga y que llegaron a su punto álgido en los capítulos finales de la serie, limitándose a rememorarlos vagamente como un recuerdo ya olvidado. De este modo, ambos personajes prosiguen con sus roles, Mulder obsesionado con la conspiración extraterrestre y Scully en su faceta de médico, si bien ese aura de misterio que envolvía tanto a la serie como a la vida de sus protagonistas desaparece por completo en la película al tratar de ahondar de un modo escandalosamente infructuoso en su evolución interna.
Así pues, y mal que me pese, X-Files: creer es la clave nos es más que un episodio de C.S.I con un vidente cogido con pinzas de por medio y donde, curiosamente, lo único que merece ser rescatable es el gag acontecido con una foto del presidente Bush en los primeros compases de película. El resto, simplemente para olvidar. 2/5

La Momia: La tumba del Emperador Dragón. (+7)
Director: Rob Cohen
Intérpretes: Brendan Fraser, Jet Li, Maria Bello, John Hannah, Michelle Yeoh
Título en VO: The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor
País: USA. Año: 2008. Género: Aventura. Guión: Alfred Gough, Miles Millar
Música: Randy Edelman
Fecha de estreno: 01-08-2008

Sinopsis: En China, el joven Alex O’Connell (Luke Ford) despierta, tras ser engañado, al emperador Han (Jet Li), condenado por una maldición de la bruja Zijuan (Michelle Yeoh) a estar encerrado en terracota junto a su ejército de 10.000 hombres. Liberado de su cautiverio milenario y con poderes sobrenaturales, nadie puede pararle. Nadie... o tal vez la familia de Alex: sus padres Rick (Brendan Fraser) y Evelyn (Maria Bello) y su tío Jonathan (John Hannah).

Crítica: Encontrar la fórmula del éxito conlleva el deber de mantenerla a lo largo del tiempo. Modificarla es un hecho inevitable que sin embargo, tiene sus riesgos. Si se opta por mezclar una y otra vez los mismos componentes, confiando en el éxito original, el resultado corre el peligro de caer en la repetición y finalmente evaporarse. Si se elige añadir nuevos ingredientes, el riesgo es entonces alterar tanto el producto inicial que se convierta en algo irreconocible. A la habitual mezcla entre homenaje, entretenimiento, humor, acción y gran sentido de la autoparodia con la que La Momia encontró su lugar entre el cine de aventuras, se ha sumado ahora -a la enésima potencia- el tono familiar. Lo que en principio es un punto a favor de atraer más público a las salas, es sin embargo golpe de gracia a la limitada calidad cinematográfica que se esperaba de este título. Este factor, unido a la falta de frescura del resto de ingredientes, una apática María Bello en su intento de suplir a la gigantesca Rachel Weisz, unos yetis -¿¡yetis!?- convertidos en solución para todo, una trama por momentos incoherente y una narración cargada de altibajos, es determinante en el deterioro definitivo de la franquicia. Por si eso fuera poco, esta tercera parte parece haberse propuesto ser más Indiana Jones que la propia saga del hombre del sombrero y el látigo, cargando su metraje de incontables referencias a la trilogía original del triunvirato Spielberg-Lucas-Ford. Desde arqueólogos atravesados por trampas, pozos de almas, trajes copiados al milímetro, numeritos musicales y persecuciones en la ancestral China, hasta padres heridos necesitados de medicación inmortal, sidecares, ruedas mortales y chicas atrapadas en tiendas de campaña. Un insistente homenaje que evidencia aún más la notable decadencia de una franquicia que ha perdido su sitio y cuya fórmula parece ajada y demasiado artificial. 2,5/5

WALL-e (TP)
Director: Andrew Stanton
Intérpretes(Voces en VO.): Ben Burtt, Elissa Knight, Jeff Garlin, Fred Willard, John Ratzenberger, Sigourney Weaver
Título en VO: WALL-E
País: USA. Año: 2008. Duración: 103 min. Género: Animación Guión: Andrew Stanton Montaje: Stephen Schaffer
Música: Thomas Newman
Fecha de estreno: 06-08-2008


Sinopsis:
WALL·E, un robot basurero que lleva 700 años limpiando una deshabitada Tierra, descubre una nueva misión en su vida cuando se encuentra con EVA, un lustroso robot explorador. Este se da cuenta que WALL·E ha dado accidentalmente con la clave que puede hacer de la Tierra un planeta habitable otra vez y juntos regresan al espacio para vivir la mayor de las aventuras.

Crítica: Posiblemente será la mejor película del mes, y una de las mejores de este verano. Tiene el Oscar asegurado a mejor película de Animación. Toda una revolución de Disney de la mano de Pixar, que desde Toy Story (1996) a ido creando historias digitalizadas con una gran calidad, pero esta es toda una revolución (información ampliada en el próximo post, "Especial Pixar"). 5/5
En la muy incomprendida A.I.: Inteligencia Artificial (2001), Spielberg propuso, de la mano de Brian Aldiss, uno de los más plausibles usos del robot en un futuro marcado por el autismo sentimental: el robot como prótesis afectiva. WALL·E. Batallón de limpieza propone otra idea atravesada por la lucidez: cuando la Humanidad (se) abandone quizá sobrevivan los ecos de su vida emocional en la programación de las inteligencias artificiales. Lo más humano de esta cinta que parece esbozar un posible modelo de espectáculo para un mundo posthumano, es, paradójicamente, un desastrado robot que podría ser un triunfo del funcional diseño tecnológico predigital, y que, en los fotogramas de este prodigio Pixar, es un espectacular hallazgo de la animación: hiperrealista y sintético a un tiempo.
WALL·E (como el resto de personajes) es como un haiku en movimiento: su alma y su carácter residen en la colosal elocuencia de su mínima expresión, en la incesante capacidad comunicativa de su mirada. Pixar no solo se mantiene fiel a su compromiso de facturar buenas películas (esta va más allá: es magistral), sino que sigue planteándose la conquista de inéditos territorios de expresividad digital: aquí el toque de distinción está en el equilibrio entre la emulación hiperrealista de un universo desolado y el hallazgo de un inagotable vocabulario emocional en lo sintético.
Durante los primeros minutos de este film excepcional, este crítico se preguntó si Andrew Stanton no había sido demasiado radical: casi sin diálogos, WALL·E bien podría considerarse un trabajo algo exigente con el espectador medio, lanzado al centro mismo de un universo en agonía donde las claves de la empatía y el reconocimiento han evolucionado hacia otras formas. El desconcierto no tarda en ser vencido: en el fondo, WALL·E es espectáculo futuro, pero, también, esencia fundacional. El punto de encuentro entre Buster Keaton y el silicio: podría ser, a la vez, el último film de la Humanidad y el tren-que-llega-a-la-estación del porvenir del cine. WALL·E es, en primer lugar, una delicada historia de amor entre un oxidado robot con nostalgia de la Humanidad y un sofisticado prodigio tecnológico con sex-appeal de iMac y ciertas capacidades para la destrucción masiva. También es una fábula optimista que rescata a la Humanidad de una antiutopía obesa, yacente y consumista. Y una carta de amor, plagada de guiños armónicamente engarzados, a la ciencia-ficción como género capaz de definirnos e hipnotizarnos. (de Jordi Costa)


Esto es todo. Espero que les sirva a lo hora de ir al cine. Debo anunciar que por motivos veraniegos, estaré 10 diez ausente, pero no os preocupéis, programaré algunos posts para que la pagina siga actualizada. Visiten: Fotogramas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wall-E. Es tremenda. MAGNÍFICA. Me he enamorado de ella. Para cualquier aficionado a la ciencia-ficción, es LA PELÍCULA de Pixar.